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Mitomania:mentirosos compulsivos

Mitomanía: mentirosos compulsivos

 

Todos hemos escuchado alguna vez una mentira, la cual se convierte en una vía de escape. Sin embargo, cuando las mentiras son constantes, puede que estemos frente a un mitómano. Es decir, una persona que miente compulsivamente con el afán de recibir admiración y atención.

El verdadero fin de la mitomanía es deformar la realidad para contar una historia personal más llamativa.  Consiguiendo de ese modo,atención, respeto y hasta admiración, que es lo que en definitiva mantiene esta conducta.

A pesar de que el mitómano hace todo lo posible por no ser desenmascarado, cuando esto sucede, tiende a ser rechazado y aislado por los demás. Por otro lado, pierde la atención.

El círculo patológico de la mentira

Existe una línea muy fina, entre un comportamiento buscando el beneficio inmediato y la conducta adictiva. La segunda se adquiere por la repetición, pero sobre todo por la sensación de impunidad que deja a quién miente.

El mitómano, convierte la mentira en una parte de su forma de comportarse y relacionarse con los demás, y si no adorna la verdad con mentiras que generen interés en los demás,podría llegar a sentirse indefenso.

Si la persona se encuentra en una ambiente donde dicha conducta (mitomanía / mentiras frecuentes) es normal, aceptada o justificada, entonces será más fácil que se repita. Por ejemplo, en el grupo de amigos, donde puede hasta que sea tomado como algo gracioso que ameniza una reunión.

Generalmente los primeros en darse cuenta de esta situación son los familiares y amigos. Precisamente por la cercanía que tienen con la persona y por la inconsistencia de las mismas.

El establecer una relación, podría resultar complicado para estas personas,pues si sobre la mentira se desarrolla un vínculo afectivo, la confianza podría perderse en cualquier momento.

Por ello es importante que los familiares y amigos puedan advertirlas y cortarlas a tiempo. Si eso no ocurre podrían reforzar al mitómano y a esa conducta adictiva.

Recuerda que lo ideal es confrontar al mitómano con la verdad, y exponerle las consecuencias de ello, procurando convencerlo de que busque ayuda profesional.

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